Miriam Rodríguez fue peluquera durante 17 años hasta que después de hacer un curso de joyería y tener contacto con la porcelana dejó su trabajo para dedicarse a crear sus pequeñas figuras. Unió sus conocimientos en joyería y su pasión por crear formas orgánicas en cerámica y con mucho esfuerzo y tiempo nació ATAME.

ATAME nace después de su primera etapa como artista, en la que trabajo con macramé, de ahí el juego de palabras con el verbo atar.

Detrás de ATAME esta Miriam, ella, con ayuda de su familia, lleva a cabo la elaboración completa de sus de las piezas. De hecho, a Ventana de la Cebada no ha venido sola, le han acompañado su marido y dos hijos. Con mucho cariño y un gusto excepcional han montado el espacio gracias también a la colaboración con su padre, que hizo los expositores para las joyas con madera de palets reciclados.

El concepto de su marca es que cada una de sus piezas cuente una vivencia o una pasión. Encuentra inspiración en la naturaleza u objetos que la rodean. Por ejemplo, hace pipas porque le recuerdan a su marido  o crea caracoles en honor a su abuelo y los momentos que compartieron.

Miriam tiene espíritu de diseñadora, “estoy todo el día pensando en cosas nuevas para hacer, no paro” y nos ha encantado tenerla un en nuestro espacio.